¿Y por qué «La Posada del Rey»?
C
arlos I de España y V de Alemania, de la dinastía de Habsburgo, nació en Gante en el año 1500. Ante la repentina muerte de su padre Felipe el Hermoso, la incapacidad de su madre «Juana la Loca» para reinar y la muerte de su abuelo Fernando «El Católico», en 1517 decide poner rumbo a Valladolid para proclamarse como Rey de España.
Desembarcó en Tazones el 19 de septiembre de ese mismo año, debido al mal tiempo. Su intención era la de continuar hacia Oviedo para visitar la Cámara Santa, pero su idea se vio frustrada por la amenaza de peste, así que gracias al libro “Primer viaje a España del Emperador Carlos V en 1517”, escrito por su siervo flamenco Laurent Vital, sabemos que pernoctó cuatro noches en Villaviciosa, continuando su viaje el día 23 de septiembre.
Las propias aguas le llevaron a pasar noche en Colunga, y al día siguiente descanso en el puerto de Ribadesella. Así es como el sábado 26 de septiembre de 1517 partió de Ribadesella para realizar una jornada de cinco leguas complicadas que le llevaron a desembarcar y descansar en una pequeña población llamada Llanes.
Al entrar en la villa fue recibido con mucha alegría, hasta el punto de que se formó una procesión desde el puerto hasta su alojamiento, para que toda la comitiva, junto al clero, atravesara la decorada población.
Mucho debieron de agradecer el comportamiento de los llaniscos en esta recepción cuando el propio cronista flamenco exclama en el libro anteriormente citado: ”Ciertamente hicieron lo mejor que pudieron, y si mejor hubieran tenido, mejor lo hubiera hecho”.
Tan pronto como la comitiva finalizó y el Rey se alojó en la casa de Juan Pariente, fueron recibidos los señores de la villa, que se presentaron para ofrecer sus bienes y personas, así como pan, vino y carne.
La Casa de Juan Pariente donde se hospedó el Emperador está situada, actualmente, en el número 11 de la Calle Mayor, donde nos encontramos. Siempre conservó su aspecto primitivo hasta mediados del siglo XIX que se restauró. Aún así se respetó una tabla empotrada en una de sus paredes interiores con una inscripción en caracteres góticos en la que dice: “A veintiséis de septiembre de mil quinientos diez y siete años posó el Rey Don Carlos en esta casa de Juan Pariente”.
Realmente a día de hoy de la casa original tan solo queda la puerta de entrada, que consta de un arco de medio punto, pero se ha colocado una placa conmemorativa en la fachada que da fe de este hecho.
Al día siguiente el Rey oyó misa en la Iglesia Mayor y por la tarde asistió a los festejos que la población le había organizado, en concreto una corrida de toros, de la que el cronista hace la siguiente descripción: “Por la tarde y después de las vísperas, fue su majestad a ver la corrida de toros que proporcionó gran diversión por que los toros eran fieros y malos como ellos solos…”
El Rey pasó en Llanes dos noches, poniendo rumbo el lunes 28 de septiembre para Colombres, continuando su viaje hacia la coronación entre las mismas pruebas de cariño y respeto con las que fue recibido.
Y es así como Carlos I de España y V de Alemania llega paso a paso a España. Fue un gran viajero pero más que por afición por necesidad, ya que sus dominios se extendieron por medio mundo, pero paradójicamente y como narra el historiador llanisco Ignacio García Noriega en unos de sus artículos: «El nuevo rey de España, el que va a imponer el orden nuevo, desembarca, precisamente, en el viejo reino de Asturias: en lo que siempre fue España…”.
El año pasado se han cumplido 500 años de esta historia que bien parece un cuento o leyenda. Si eres un apasionado de la historia ven a visitarnos y revive el Llanes Medieval…
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